Hoy nuestra historia nos lleva hasta una calita privilegiada, escondida, oculta de miradas indiscretas... Sin duda alguna uno de mis lugares preferidos para desconectar, para pensar, para poder sentir Mallorca y su Mar Mediterráneo.
Si estamos en Cala S'Almunia, significa que nos encontramos en la zona sur de la isla, concretamente en la costa sureste, donde a muy poca distancia unas de otras, encontramos una multitud de calas con una belleza difícil de alcanzar. Lo primero que nos sorprende de este lugar son sus escaleras de acceso a la cala, ya que son muy empinadas y no todo el mundo puede bajar por ellas, sobre todo personas mayores. En nuestro descenso podremos observas como se mezclan los colores del mar con el marrón y verde de las cortezas y hojas de los arboles, que nos dejan vislumbrar levemente lo que nos espera a nuestra llegada.
Nos encontramos en una cala pequeña, divida en varias zonas de roca y otra de arena muy reducida, donde la gente apenas puede sentarse y donde es mejor disfrutar de un baño desde cualquier punto de la costa. A nuestra izquierda según bajamos, encontraremos casitas de pescadores que provocan una envidia terrible; se pueden alquilar así que aquellos que quieran disfrutar de la calma real, ya saben que hacer... A nuestra derecha se encuentra la playa y un pequeño camino que bordea la costa además de un torrente extinto por el que podremos caminar no sin dificultad.
Normalmente de aguas tranquilas y cristalinas, es un emplazamiento único para darse un baño en las distintas zonas que se nos presentan, jugar con los peces diminutos y poder sentir el instante de paz que nos invade.
Es un sitio estupendo para poder realizar un poco de buceo, realizar fotos excelentes desde multitud de ángulos diferentes, realizar alguna ruta a pie por los acantilados cercanos y para los más arriesgados, dar saltos desde múltiples sitios al mar sin problemas de profundidad. Hay una montañita cercana donde poder disfrutar de vistas espectaculares, aunque realmente, toda la zona merece un lento paseo!
A escasos metros y a pie, podemos encontrar el "Calo del Moro" del que hablaremos próximamente.
La verdad que poco o nada malo se puede decir de aquí, salvo la continua habilitación y señalización del acceso que hace que sea una zona intransitable en los meses de verano; es muy pequeño y se llena de gente, así que recomiendo madrugar o mejor aún, visitarlo en los meses de abril-mayo-junio-octubre.
Con miau he podido disfrutar del entorno y aunque durante 30 min estuvo perdida (entre la maleza y por los matorrales de la zona del torrente), fue una gran experiencia, sobre todo para ella!
Mallorca es... Deporte en el Paraíso!
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